

Luego de unos cuantos intentos fallidos, de unas cuantas mezclas de los mas variados tipos de sabores y olores, decidimos apostar por lo calido y suave. Chocolate, miel, queso, almendras y una delgada masa fueron los ingredientes para nuestra arma de seducción.
A través de las distintas degustaciones, que compañamos con las diferentes escenas de las películas seleccionadas, pudimos experimentar a través de nuestros sentidos, como fuimos seducidos, como nos relajamos, nos desinhibimos, y hasta transportamos a otro espacio, a otro tiempo. Realmente la seducción es un arte que reuqiere de una sincronización, de un manejo de los tiempos, y principalmente de una intención.
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